He estado algún tiempo desconectada. Lo necesitaba.
La vida pasa por diferentes etapas, no necesariamente duras, en las que a veces necesitamos aislarnos y reconocernos sólo en nosotros. Y yo necesitaba estar conmigo. A solas. Escuchando la voz de mi interior, o queriendo escucharla. Sabiendo que llegaría el momento de abrir de nuevo las puertas y que lo sabría cuando fuera ese momento. Y ahora lo sé. El momento ha llegado y vuelvo a estar aquí. Despierta. Con los ojos abiertos y ávidos de sensaciones, de colores, de estímulos, de nuevos horizontes,... Con la mirada y el corazón llenos de Vida.
Y, como no podía ser de otro modo, vuelvo de la mano de mi recuerdo más preciado, de mi ser más querido, de mi amor más puro y verdadero: Mi Madre.
Hoy es el día de la Madre y quiero felicitar a todas aquellas mujeres que son madres o que han querido o quieren serlo, pues en ese deseo maravilloso, una mujer ya es Madre, pues ya está dispuesta para dar vida, para darse ella por completo. Y, por supuesto, le deseo a mi amada Madre, allá en su rinconcito de la Eternidad, un día feliz en el que pueda disfrutar como todos los días de mi amor hacia ella y del suyo hacia mí.
Aquí dejo una de las poesías de "La fuente de toda poesía".
Para todas,... para tí, mi siempre amada Madre.
No habrá un amor como el tuyo.
No habrá tal seguridad.
No estará nunca mi pecho
tan cerca de la verdad.
Pasarán noches y días,
pasarán cariños varios;
todo eso pasará
como hoja de calendario.
Pero en el rincón sagrado
donde guardo tu recuerdo,
no pasará ni un segundo
sin que te diga "Te quiero".
Pues lo repite mi alma,
lo grita mi corazón,
nadie me ha querido nunca
con tu misma devoción.
Hoy, Día de la Madre, vuelvo. Hoy vuelvo... a tí.