lunes, 23 de abril de 2012

Rosas



23 de Abril.
Dia de Sant Jordi.
Día de la Rosa y el Libro en Cataluña.
Hoy es fiesta en mi corazón, como no podría ser de otro modo cuando se celebra algo tan maravilloso como es el libro.
El Libro:
compañero inseparable de horas plenas;
lugar de reposo para el alma adonde llegar después de una jornada de realidad desnuda;
puerta a otros mundos y otras realidades que incitan a los sueños y a la lucha;
y maestro impagable de retazos de vida y de no vida.
Y como colofón y para coronar el regalo intelectual del libro, la Rosa, regalo sublime a la vista y al olfato y caricia al corazón más esquivo.



En un mundo globalizado donde se exportan, se copian o imponen multitud de tradiciones, costumbres o estilos de vida, esta podría ser la costumbre más hermosa a compartir por todos los habitantes de este nuestro planeta como tributo a la cultura y a la belleza, dos hermosos motivos para festejar la Vida.

domingo, 1 de abril de 2012

Compartir


En aquel tiempo, dice una antigua leyenda china, un discipulo preguntó al vidente:
"Maestro, ¿cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?"
Y el vidente respondió:
"Es muy pequeña, y sin embargo de grandes consecuencias. Vi un gran monte de arroz cocido y preparado como alimento. En su derredor había muchos hombres hambrientos casi a punto de morir. No podían aproximarse al monte de arroz, pero tenían en sus manos largos palillos de dos y tres metros de longitud. Es verdad que llegaban a coger el arroz, pero no conseguían llevarlo a la boca porque los palillos que tenían en sus manos eran muy largos. De ese modo, hambrientos y moribundos, juntos pero solitarios, permanecían padeciendo un hambre eterna delante de una abundancia inagotable. Y eso era el infierno.
"Vi otro gran monte de arroz cocido y preparado como alimento. Alrededor de él había muchos hombres, hambrientos pero llenos de vitalidad. No podían aproximarse al monte de arroz pero tenían en sus manos largos palillos de dos y tres metros de longitud. Llegaban a coger el arroz pero no conseguían llevarlo a la propia boca porque los palillos eran muy largos. Pero con sus largos palillos, en vez de llevarlos a la propia boca, se servían unos a otros el arroz. Y así acallaban su hambre insaciable en una gran comunión fraterna, juntos y solidarios, gozando a manos llenas de los hombres y de las cosas, en casa, con el Tao. Y eso era el cielo."

                                                                                                                 Anónimo