¡Felicidades, Madre!

Hoy es un día muy especial para mí.
Hoy es el cumpleaños de mi madre.
Ella ya no está en su casa, con mi padre, rodeada de sus animales, de sus pinturas y sus labores.
Hoy no podré llamarla por teléfono para felicitarla, ni tampoco me he pedido el día en el trabajo para poder ir a verla y abrazarla.
Hoy es su cumpleaños y yo no sé dónde está.
Hoy hace un año, tres meses y nueve días que se fue de este mundo hacía Dios sabe qué otras realidades.
Pero yo siempre celebraré su cumpleaños, siempre celebraré que haya sido mi madre y que me haya dado el amor más grande que he sentido nunca y me haya hecho sentir por ella ese mismo amor.
Ella ha sido, es y será el amor de mi vida, y de algún modo sé que hoy estará a mi lado como la siento contínuamente.
Ella es el regalo más grande que me ha dado la Vida y por eso no puedo dejar de dar las Gracias.
Quiero dejarle hoy aquí una de las poesías de mi libro "La fuente de toda poesía", el que escribí para ella nada más irse y que estoy intentando ahora que me publiquen.
¡Feliz Cumpleaños! ¡Te quiero, Madre!

Te buscaré en la alegría.
Te buscaré cuando calle.
Te sentiré con la lluvia
y en el abrazo del aire.

Te encontraré en un suspiro,
en una risa que canta,
en un amor infinito
y en la luz de una mirada.

Te querré como a los niños,
como quiero a la Esperanza,
como al calor de un abrazo
y como a un beso en tu cara.

Estarás en mis recuerdos,
estarás en mis mañanas.
Te buscaré entre mis sueños
y te encontraré en mi alma.

Tú estás en eso y en todo.
Estás en todo y en nada.
Tú estás en eso y te tengo;
te tengo,... pero me faltas.






Allá donde estés, ¡ se feliz! y ven de vez en cuando a darme un beso.