Tengo mucho delito. He de reconocer avergonzada que no he leido "El Quijote". Y sin embargo actualmente estoy leyendo el que se considera su igual en la literatura china, el Jin Ping Mei, o lo que es lo mismo: Flor de Ciruelo en Vasito de Oro. Hace un año me leí el primer tomo, Libro de las Primaveras y los Veranos, y ahora estoy en el segundo, Libro de los Otoños y los Inviernos.
Sólo puedo decir que me encandila. A través de la historia de un mandarín en la China Medieval se teje una visión profunda de la vida cotidiana, de las intrigas, de la corrupción de la clase dominante, de los usos y costumbres y, especialmente del amor y el sexo en una casa en la que conviven esposas con concubinas, sirvientas y esclavas, todas a la disposición del todopoderoso señor, Ximen Qing.
Pero lo que verdaderamente me enamora en este libro es la belleza y la plasticidad de las imágenes que evoca a través de todas y cada de sus frases, de sus descripciones y de su maravillosa poesía.
Altamente recomendable para los amantes de la lectura.
Dejo aquí una muestra de uno de sus inigualables poemas.
Se abre la ventana a la luz del día...
En la ladera de la montaña florecen los ciruelos...
Los sauces se cubren del verdor de todos los años...
Sobre la luna se mecen las ramas...
Una brisa agita los bambúes: ¿será que regresa el amado?
La bella deja que la túnica de brocado se deslice por su piel de jade
hasta el suelo...
¿Estará él a su lado para recogerla?