
Siguiendo con el orden en el que se publicaron las poesías en mi libro, continuaré por donde me había quedado.
Las siguientes son pequeñas poesías desgarradas de una época de desamor, pero también se puede atisbar un rayo de esperanza al final, pues, como dijo
Plutarco:
"Quien en zarzas y en amores se metiere, entrará cuando quiera, mas no saldrá cuando quisiere".¡Cómo nos cuesta sobreponernos a una decepción! Pero... todo llega, aunque no hay nada más odioso cuando se está sufriendo que el recurso del tiempo. El famoso "El tiempo lo cura todo" debe ser la frase más socorrida para consolar al triste, y, seguramente, es la frase más imcomprendida por el aconsejado -¡A mí qué me va a curar el tiempo!- y la más cierta. En los casos más extremos, quizás no cura pero si, suaviza.
10
¡Cuánto no más feliz hubiera sido
si hallado en mi camino no te hubiera!,
del amor hasta entonces conocido,
alegre de tenerlo yo estuviera.
11
Corazón que fue motor
y ahora es tan sólo vacío
ya no existe, corazón.
¿Por eso no siento el mío?
12
Tú me has dado la poesía
para huir de mi dolor
y a través de su armonía,
superando mi agonía,
hacer un canto al amor.
Si es mi fin te lo agradezco,
he sufrido por vivir,
mas compasión no merezco
si de la vida aborrezco
su más preciado elixir.
Que el temor no me atenace
y me impida al fin hallar
aquel amor que me enlace,
y mi alma no rechace
el aventurarse a amar.
13
No hay amor para mí
que me arranque del miedo.
Sigo pensando en tí,
es todo lo que tengo.
Es todo lo que soy
y es mi único mundo,
tú me diste la flor
y me negaste el fruto.
14
No puedo olvidarte
ni puedo tenerte.
No quiero pensarte
ni quiero perderte.
Pero he de ganarte
o he de someterte.