Hoy hace 75 años que vino al mundo mi querida Madre.
Hoy es la segunda vez que celebro su cumpleaños sin Ella.
Ella se fue hace algo más de dos años, pero yo la siento tan cerca como siempre, y sigo hablando con ella y pidiéndole que me eche una manita cada vez que la necesito, que son muchas.
Allá donde esté, le llegarán las palabras de este corazón mío que no puede, ni quiere, ni concibe vivir sin quererla con todas sus fuerzas.
Madre, querida, mi alegría y mis ganas de vivir se alimentan de la certeza de volver a encontrarte al final del camino y abrazarte para siempre.
¡Feliz Cumpleaños, mi amor, mi vida,... Madrecita preciosa!
Para tí, siempre tu hija.
Para mí, siempre mi madre.
Codo con codo a por sueños
para hacerlos realidades.
En mi nube o en tu suelo,
a mi lado o a tus pies,
celebrando una conquista
o superando un revés.
Empujándome o
mimándote,
o, depende del aquel,
dándole la vuelta a todo,
de eso se trata querer.
Aún así, te has escapado
entre mis manos dolientes,
mas yo seguiré bebiendo
en las aguas de tu fuente.
De aquí a la Eternidad... ¡Te querré siempre!
Para mí, siempre mi madre.
Codo con codo a por sueños
para hacerlos realidades.
En mi nube o en tu suelo,
a mi lado o a tus pies,
celebrando una conquista
o superando un revés.
Empujándome o
mimándote,
o, depende del aquel,
dándole la vuelta a todo,
de eso se trata querer.
Aún así, te has escapado
entre mis manos dolientes,
mas yo seguiré bebiendo
en las aguas de tu fuente.

De aquí a la Eternidad... ¡Te querré siempre!